Como cuenta la historia, el primer ajedrecista nacido en América fue Atahualpa, último soberano del Imperio Inca. Los conquistadores del Perú al mando del español Francisco Pizarro, capturaron y encarcelaron a Atahualpa en Cajamarca; quien estando en prisión hizo amistad con algunos de ellos, quienes le enseñaron los juegos europeos de dados, naipes y por supuesto, ajedrez. Atahualpa era tan inteligente, que en 20 días aprendió la lengua castellana y el juego del ajedrez. Es decir, que en plena conquista del Perú -hacia el 1533- ya se inició el conocimiento del juego ciencia en el Nuevo Mundo.
El Ajedrez está ligado a la humanidad misma, su viaje es un encuentro de civilizaciones; su influencia ha dado forma al tejido de los tiempos.
Siguiendo la senda del jaguar, reconociendo lo autóctono, Jugadas Latinoamericanas presenta un interesante recorrido por algunos de los aportes y alternativas mas relevantes y prometedores que diversos actores proponen desde América Latina; de igual manera es indispensable examinar algunas de las influencias referencia del viejo mundo.
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